viernes, 4 de noviembre de 2016
'FALCÓ', ARTURO PÉREZ-REVERTE
¡Hola, lectores!
Enterrado (o no) Alatriste, ya tenemos nuevo héroe (o lo que sea) de la factoría Pérez-Reverte. Se llama Lorenzo Falcó. Un personaje que se asoma por primera vez en este libro ('Falcó') y que ya apunta a nuevas aventuras en novelas posteriores: final abierto, personajes condenados a encontrarse de nuevo, misiones ya anunciadas...
¿Quién es Falcó? Pues un tipo a sueldo que trabaja no tanto por los grandes ideales (a ello volveremos) como por la justicia cotidiana. Con su propio código de honor. Con sus principios. Con sus dudas contra los dogmas. Pérez Reverte le construye a su personaje un potente pasado que el lector va conociendo a medida que avanza las páginas. Son pasajes de su infancia, de su juventud y primera madurez que se presentan como fogonazos en la trama. Y lo mejor es que uno intuye que el autor tiene un mapa claramente fijado sobre la vida de Falcó, aunque no sea necesario contarlo entero. Está ahí. Es fundamental para entender al personaje, aunque no es necesario para el desarrollo de la trama que aquí se cuenta. El pasado de Falcó es una sombra que se extiende por todo el libro y que sirve para entender mejor el personaje en su devenir por la novela.
La historia es muy sencilla. Lineal. Sin saltos en el tiempo. Sin acciones paralelas. Una estructura casi esquemática. Sin las trampas de los best-seller de aeropuerto. Falcó recibe en Salamanca el encargo, por parte del bando franquista, de liderar una operación para liberar a Primo de Rivera de la cárcel en la que está preso en Alicante. Deberá atravesar las líneas enemigas, infiltrarse en el bando republicano, contactar allí con quintacolumnistas y sacar adelante la misión. La historia ya nos dice cómo acabaría esa operación 'salvar al preso Primo de Rivera', por lo que el meollo de este libro no está ahí.
-Siempre es bueno saber de qué pie cojeamos.
-Yo cojeo según el pie que me pisen.
Este diálogo, entre las páginas 48 y 49 resumen la personalidad de Falcó. Cojeo según el pie que me pisen. No se debe a ningún bando. No está comprometido con ninguna bandera. Y esto se retoma, en la página 260, en una charla, de nuevo entre Falcó y el Almirante (su aparente superior).
-A poco que vivas, la vida les quita la letra mayúscula a palabras que antes escribía con ella: Honor, Patria, Bandera...
-Exacto, Almirante. Y entonces sólo queda eso: la aparente ausencia de reglas. Que, entre gente como nosotros, es una regla tan buena como otra cualquiera.
Por eso, al final, a Falcó no le importa tanto el bando al que intentan asignarle, como el orgullo de los principios propios. Por eso esa sonrisa de un personaje (clave en el desenlace del libro) es como ese pisotón que hace a Falcó decantarse por una u otra acción. Y porque no importa lo que decide desde lejos alguien con la ignorancia limpia de los despachos... ni tampoco el provecho que quieren sacarle los aprovechados que racanean en la seguridad de la retaguardia. Solo quien lucha en el barro tiene la última palabra.
Me ha gustado de esta novela (breve) la sencillez en la exposición de la trama, su estructura limpia, la fantástica ambientación de escenarios y ciudades (¡genial Salamanca!), ese arranque de cine negro (con su tren, su mujer, sus mcguffin, su asesinato), la brutal escena de la tortura a uno de los secundarios... Pero (y no sé si es que el autor ha puesto demasiadas pistas a propósito) le he pillado muy pronto quién era el topo, quién el infiltrado y el traidor en el grupo de Cartagena.
En cualquier caso, se esperan con ansia nuevas aventuras de Falcó. Sobre todo si son tan amenas (y rapidísimas) de leer. ¡Larga vida a Lorenzo Falcó!
LO VAS A LEER PORQUE es una novela muy entretenida, fácil de leer, con unos personajes muy potentes y un final que ya aventura mas libros para conocer el futuro del personaje. ¡Y los diálogos! ¡Esos diálogos perez-revertianos con sentencias como bofetadas! ¡Qué ingenio el de sus personajes para hablar, coño!
LO VAS A LEER AUNQUE, a mitad de la novela, puedas intuir quién traiciona a quién y cómo terminará la historia. No te preocupes, no importa tanto el hacia dónde sino el cómo.
LO VAS A LEER PORQUE DE ESTE LIBRO HAN DICHO
"No tiene el freno que puedes encontrar en otras novelas de Arturo Pérez-Reverte en el que a través de sus personajes el autor parece querernos transmitir sus muchos conocimientos, con largas citas que como en el caso de la serie Alatriste nos trasladan a la literatura y a la poesía del Siglo de Oro, pero que en muchas ocasiones frenan el ritmo de la novela.Ese lastre no existe en Falcó, de ahí que el ritmo sea tan vertiginoso, sin nada que nos distraiga del personaje o de la misión en la que está inmerso". EL BÚHO ENTRE LIBRO
Arturo Pérez-Reverte lo hace muy bien en esta novela con cuatro cosas: el clásico narrador omnisciente focalizado en la mente de Falcó, mente cuyas entretelas vemos por el uso del estilo indirecto libre y, en contadas ocasiones, por eso tan antiguo -Stendhal en 'La cartuja de Parma'- de poner abiertamente “el personaje pensaba esto:”; las habituales descripciones impostergables de todos los personajes y de todos los espacios; los diálogos que aligeran la lectura; y la ralentización de los desenlaces. Ya está. ALBERTO OLMOS: EL CONFIDENCIAL
El personaje evoluciona a lo largo de la novela y el lector descubre que tras el tipo duro y sin escrúpulos hay algo más, un espíritu revertiano que aflora en algunos momentos de manera muy evidente. Falcó es una novela de aventuras con diálogos cortantes al mejor estilo de las películas de Humphrey Bogart, que termina conteniendo algunas reflexiones sobre la amistad, el poder y el valor de ciertas reglas, por pocas que sean. UN LIBRO CADA SEMANA
Falcó, de Arturo Pérez-Reverte, publicado por Alfaguara en octubre de 2016
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Por cierto, me echáis una mano, ¿cuál es vuestro libro preferido de Pérez-Reverte?
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