martes, 27 de diciembre de 2016
'LA TIERRA QUE PISAMOS' , JESÚS CARRASCO
¡Hola, lectores!
Comprendo la fuerza que tienen las ucronías, la atmósfera asfixiante que son capaces de crear y el desasosiego que invade al lector cuando traslada las ideas ahí contenidas a su realidad y piensa en lo que pudo haber sido o lo que puede que tal vez sea. Lo comprendo. Son premisas muy potentes que pueden dar lugar a muchas lecturas y mil reflexiones. Y entiendo que Jesús Carrasco haya apostado por este tipo de literatura para su segunda novela 'La tierra que pisamos'. Pero, sinceramente, creo que estos planteamientos tienen muchísima mas fuerza en un relato corto que una novela.
'La tierra que pisamos' es una historia que tiene lugar en una España invadida, conquistada por un Ejército europeo que se ha anexionado la Península Ibérica para convertirla en una colonia más de una superpotencia que nos es ajena. Los mandatarios de ese imperio han hecho de Extremadura un cortijo para que se retiren los militares que, a golpe de sangre, conquistaron España. Y allí vive la protagonista de esta historia, Eva, junto a Iosif, un antiguo mando, autoritario y cabrón, que ahora tiene que sobrevivir en un estado de decadencia y dependencia brutal, incapaz de hacer nada por si mismo, a expensas del cuidado de los demás... aunque todavía conserva unos ramalazos autoritarios que no puede evitar.
A esa finca en la que viven Eva y Iosif llega un día un indígena, un habitante de la España conquistada, que se instala en el huerto de la casa y que Eva ve primero con desconfianza, temor, odio... y, a medida que avanza la historia, comprensión.
La narración intercala dos tiempos. Esa historia de Eva y el hombre que se ha instalado en su propiedad (las leyes dicen que tiene que denunciarlo y entregarlo a las autoridades) y la narración de cómo ese hombre ha llegado hasta allí, después de perder a su familia y sufrir las vejaciones, los trabajos a los que ha sido forzado por gente como Iosif.
Esta escrito en capítulos cortos, que alternan la narración que el hombre hace de su vida con las reflexiones en primera persona de Eva. Una gran metáfora que tal vez se hubiera resuelto mejor en un relato, en un texto de no tan largo aliento (aunque el libro no sea, ni mucho menos, largo). Aunque sí que parece que hay un excesivo gusto en gustarse por parte del autor. Lo que en 'Intemperie' me pareció fuerza (con el lenguaje al estilo de un paisaje y un relato), aquí lo interpreto como barroquismo léxico. Por ejemplo: "Los abetos, las piceas y los alerces han caído uno detrás de otro y después corrido ladera abajo para ser cargados en camiones y llevados al campo. Luego, el aserradero y el baño caliente y frío de creosota, capaz de penetrar en la madera resollante hasta intersticios que solo la savia había ocupado. El bosque reducido a la geometría apilable de las traviesas por la eficiencia y el desmoronamiento de los hombres" (p. 179).
En cualquier caso, si el lector traspasa el continente y ahonda en el contenido, se encontrará con una reflexión, creo, sobre cómo hacer más habitable esta tierra que todos pisamos y, como se recuerda al final del libro (cuando se excavan las fosas) a las que todos volveremos. Una tierra que no está parcelada, sino que compartimos con otras personas. Una tierra que el ser humano ha transformado a su antojo y tal vez invadido como un ejército de ocupación (ahí están los bosques detrozados del libro, los topógrafos que trazan carreteras, los viales de los ferrocarriles). La transformación, a veces impune, de un paisaje al antojo de unos pocos. Y hay también algo de reflexión acerca de los nacionalismos, del pensar que por vivir donde vivimos estamos en una tierra prometida cuando no somos árboles anclados a un punto, sino que nos movemos. Por eso la tierra que pisamos puede cambiar bajo nuestros pies. Y me gusta también esa lectura de cómo la tierra que pisamos se remueve cuando pensábamos que era firme, cómo los cimientos sobre los que Eva cimentó su vida se resquebrajan al darse cuenta de que la construyó sobre pilares corruptos.
"No había más misterio que la culpa: la de saber que había levantado mi casa sobre la sangre de los suyos. La de haberme envuelto en la bandera de la tradición, el Imperio y la religión para participar de este expolio. [...] Cargo con la culpa de haberme dejado embaucar para erigir mi vida sobre una ciénaga." (página 245)
Hay momentos emotivos en el libro, por supuesto, como ese capítulo 30 en el que llega el doctor con el equívoco inicial de quién será paciente. O como ese pasaje en el que se relata cómo los vivos se apoderan de los buenos zapatos que ya no sirven para las personas que han muerto. Una lectura envolvente, sin duda, la de este libro que, sin embargo, se me ha hecho un poco largo pese a no tener muchas páginas.
LO VAS A LEER PORQUE
te gustó mucho 'Intemperie' y no te quieres perder el nuevo libro de Jesús Carrasco. Hay ecos de ese lenguaje que busca en los diccionarios de sinónimos y en el catálogo de palabras en desuso o en vías de extinción, pero aquí no parecen casar tan bien como en 'Intemperie' con lo que cuenta la historia.
LO VAS A LEER AUNQUE
no disfrutes con las ucronías o discronías, con esos universos de realidades paralelas que se utilizan como metáfora para llegar a otras reflexiones.
LO VAS A LEER PORQUE DE ESTE LIBRO HAN DICHO
Un relato sin duda duro, doliente, con unos personajes que son “trozos de carne” unos, víctimas, perdedores de la Historia; otros, correlatos de la violencia. Y especialmente cristalización de las preocupaciones ecológicas del autor. De ahí esa relación emocional con la tierra que impregna al hombre del huerto y que acaba por transmitirse también a la protagonista que llegará a reclamar “el derecho al polvo y a las lombrices y a cuanto haya de pudrirme” (página, 245). De ahí así mismo la congruencia de un final en el que se canta la universal comunión con los muertos, con los árboles, las rocas, el aire, el agua, los utensilios. La tierra. BRÚJULAS Y ESPIRALES
La voz narrativa, lenta, repetitiva y a veces embarullada, hace que una trama dura, que comienza con cierta intriga y podría haber resultado interesante, decaiga hasta resultar tediosa, monótona y poco creíble. Los personajes resultan estáticos y por momentos incluso soporíferos y a pesar de algunos destellos que enseguida se desvanecen, la última parte, desgarradora y cruel, es sin duda lo más emotivo de la historia. LITERATURAMÁSUNO
a novela parece muy interesante, y en efecto arranca con una gran fuerza… Sin embargo, poco a poco esa fuerza se va diluyendo; quizás un poco frenada por la calidad y el aire inquietante que el autor quiere darle a su prosa. Sin llegar a resultar cargante, Carrasco, sin embargo, parece no terminar nunca de decirnos lo que quiera que sea que nos quiere decir, y hacia la mitad de la novela se advierte que la historia se está manteniendo tensa durante demasiado tiempo, demasiadas páginas, a causa seguramente de la exigencia del autor (no sé si autoimpuesta o exoimpuesta) por volver a acertar en la diana. LATORMENTAENUNVASO
'La tierra que pisamos', de Jesús Carrasco, editado por Seix Barral en febrero de 2016
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Por cierto, ¿me echáís una mano? ¿Qué otros libros sobre realidades alternativas os han gustado más?
lunes, 19 de diciembre de 2016
'EL TÚNEL', DAVID BARREIRO
¡Hola, lectores!
Hay algo (en realidad hay varias cosas) en 'El túnel', de David Barreiro, que remite directamente a Nick Hornby. A Hornby y dos de sus libros: 'Alta fidelidad' y 'Un gran chico'. Están esos adultos descolocados por el trabajo y las relaciones de pareja, está la pasión por los discos y la música, está el joven cuarentón que ayuda a un niño inadaptado en el cole, está esa mirada del tipo que la juventud ya se ha ido y que intenta seguir anclado en ella. Todo eso de Hornby he encontrado en este libro que es, además, una declaración de amor a Asturias, un homenaje a Gijón.
Estoy seguro de que los lectores asturianos, los tipos de Gijón, disfrutarán mucho más de este libro, que es un recorrido sentimental por una ciudad que ha virado su escaparate, que ha abierto clínicas estéticas donde había cines, que ha visto cómo desaparecían sus tiendas clásicas (de discos, por ejemplo) sustituidas por los grandes centros comerciales y las franquicias de empleados uniformados. Hace el protagonista, David, un trayecto por el Gijón de los astilleros cerrados, de las urbanizaciones del pelotazo urbanístico, por los bares de copas de toda la vida y por supuesto la playa. Y en esos movimientos por la ciudad, trata David de encontrar su futuro.
El prota de este libro tiene 42 años, un pasado en la música que pudo ser glorioso (estuvo a punto de firmar con una discográfica) y una pareja que lo dejó cuando ella se fue a vivir a Madrid. Dice David que él lo intentó, pero que la gran ciudad no era para él. Así que ahora vive sus 42 años como pintor de brocha gorda, con su pasión por la música intacta (toca todos los lunes en el Bloom, un histórico de la noche gijonesa) y varios escarceos hasta que, al final, parece encontrar de nuevo a una chica que tal vez sí.
Cuando parece que todo vuelve a encajar (los conciertos, la novia), el castillo de naipes vuelve a desmoronarse. La amenaza de cierre del bar, la chica que sufre los zarpazos del mercado laboral y se ve obligada a emigrar. Hay mucho del relato sobre la crisis en este libro, con enormes dosis de humor, divertidos y punzantes diálogos y unos personajes con los que el autor conforma un fresco sobre la crisis en una capital de provincias. Así, cruza la historia de David, el protagonista, con la de secundarios fantásticos, como su hermana Ali y su amigo Chechu. Una escritura directa -un relato sobre una generación- .para un libro que se lee en un pispás.
LO VAS A LEER PORQUE
si te gusta Nick Hornby, porque encontrarás seguro aires de este escritor en el libro de Barreiro. Y lo vas a leer si quieres saber cuál es ese túnel al que hace referencia el título del libro. .
LO VAS A LEER AUNQUE
aunque no seas asturiano (yo no lo soy). Pero, si lo eres, disfrutarás aún más de este libro. Además, porque hace un recorrido histórico por le Xixón Sound, por todos esos músicos de la escena gijonesa que encuentran su hueco en el libro, desde Nacho Vegas a Jorge Ilegal, pasando por Australian Blond, Doctor Explosión, Manta Ray...
LO VAS A LEER PORQUE DE ESTE LIBRO HAN DICHONo hay nada en El túnel que llame particularmente la atención, pero sin embargo crea imágenes de lo más creíbles y perfila personajes secundarios que te atrapan en la historia. La rutina desencantada de noches de alcohol, de años de trabajos de subsistencia, en los que todo cambia para seguir exactamente igual. LIBRUJULA
a novela fue una de las 30 obras seleccionadas para optar al último Premio Herralde de la editorial Anagrama 20MINUTOS
'Él túnel', de David Barreiro, publicado por Pez de Plata en marzo de 2015
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Por cierto, me echáis una mano, ¿habéis leído algún libro en el que la música tenga un papel protagonista?
'LOS BUENOS AMIGOS', USE LAHOZ
¡Hola, lectores!
Hay algo hipnótico, ¿verdad?, en las novelas decimonónicas, en esas catedrales de la narración que nos presentan a los personajes como si alguien, desde ahí arriba, un novelista desde la tramoya, tuviera los dedos llenos de hilos para mover las marionetas. Es el libro un universo, con unos personajes a los que acompañamos a lo largo de su vida, con unos seres con los que nos divertimos y sufrimos porque son tantas las páginas que pasamos con ellos, tantas las tardes de sofá, tantas las noches junto a la cama, que uno acaba por verse inmerso en su existencia y siente como propias sus dichas y desdichas.
Claro, que eso siempre pasa cuando el libro es bueno. O cuando te conquista por alguna extraña razón.
'Los buenos amigos', de Use Lahoz, es la historia de dos chavales que coinciden en un orfanato, que allí traban una estrecha relación de amistad que luego, con el paso del tiempo, cada uno por su camino, se deshilachará hasta que, claro, el destino (o el narrador) vuelva a juntarlos años después. Y así, el libro (con sus más de 700 páginas) está dividido en cuatro partes. La primera cuenta el encuentro de los dos chavales. La segunda está dedicada a uno de ellos, Sixto. La tercera acompaña al segundo de los niños (ya hombres), Vicente. Y la cuarta parte narra el desencuentro.
La cuestión es que estas cuatro partes no están compensadas, creo. Porque el autor, desde el primer momento, inclina la balanza en favor de Sixto. Él es el verdadero protagonista de la novela. Con él empieza. Con Sixto en su pueblo, con un trágico siniestro que acaba con la vida de sus padres, con su llegada al orfanato, su enamoramiento de una joven monja, su ilusión rota en un oscuro callejón cuando pensaba que había adultos que se preocupaban por él. Sixto es el protagonista de 'Los buenos amigos' y así lo asume el lector (así lo he asumido yo) al disfrutar por encima de todo de los momentos en los que aparece este personaje.
Hay un momento fantástico en la página 128 en el que se nos define a Sixto a la perfección. Una vez fuera del orfanato ha comenzado a trabajar como botones y chico de los recados en un hotel. Le acaban de mandar una de esas comandas y él, solícito, corre a cumplirla. Cuando regresa, con toda prisa, un semáforo en rojo le corta el camino pero él, sin pensarlo, sin mirarlo, sin tenerlo en cuenta, se salta el semáforo y a la carrera, entre los coches, atraviesa la calzada. Al otro lado de la calle está su jefe, quien le echa una bronca por su comportamiento, pero Sixto no se arrepiente. Si hiciera falta, volvería a saltarse el semáforo. Está dispuesto a sortear las zancadillas que le intenten cortar su carrera. Está dispuesto a saltarse las normas que sean necesarias para llegar a su meta.
Y así, Sixto comienza a convertirse en un personaje al que se le coge cariño desde su odiosa condición. No duda en aprovecharse de los demás para conseguir sus objetivos, es un canalla que reniega de su pasado, que oculta a su familia, sus orígenes, el lugar del que viene, que miente (sabremos al final por qué) sobre las causas por las que murieron sus padres. Es fascinante la falta de empatía de un personaje que se construye a través de tres felaciones. Sí, tres felaciones. Hay tres momentos del libro en los que el protagonista vive (de forma directa o indirecta) tres felaciones. Y esos tres momentos marcarán su vida para siempre: su futuro, la relación con su mujer, la relación con su hija. Y hasta aquí podemos leer.
Por eso, porque nos hemos imbuido tanto del mundo de Sixto, cuando arranca la tercera parte, la dedicada a Vicente (en realidad a Lucía, la joven monja), nos encontramos un poco descolocados. Lahoz cambia el ritmo, lo hace mucho más lento, más espeso. Hay una sucesión de capítulos narrados el mismo día que contrasta con la evolución temporal de la parte anterior. Y eso descoloca. Nos sitúa en un universo completamente distinto. Del ambiente clasista, franquista y urbano pasamos ahora a un mundo rural, hippy, subversivo que nos demuestra los distintos caminos que han tomado Sixto y Vicente, las distintas vías que ha tomado un país para salir del franquismo. Se llaman hermanos cuando no lo son.
Pero su vida volverá a unirse. Sixto, Vicente y Lucía volverán a encontrarse. Y por eso la última parte del libro vuelve a cobrar aliento. Es entonces cuando se cierran historias, cuando se comprende por qué Sixto no habla de su pasado, cuando se destapa la verdadera naturaleza de los personajes, se profundiza en esas relaciones de amistad y fraternidad que se diluyen con el tiempo. Amistades que se labran en un instante concreto, en un escenario determinado, construidas tal vez de forma artificial y que luego no se sostienen con un cambio de plano. Y el final, el final... El final hay que leerlo, claro.
Hace tiempo leí 'Los Baldrich', un libro de Use Lahoz que no recuerdo que me gustara especialmente. Por eso me enfrenté al largo periplo de 'Los buenos amigos' con algo de aprensión. Pero, sobre todo, las dos primeras partes y el final me han atrapado. Por cierto, que muy buena la inclusión de personajes de 'Los Baldrich' como secundarios, como telón de fondo en varias escenas de este libro.
LO VAS A LEER PORQUE
la historia seguro que te atrapa. Tal vez la tercera parte (sobre todo la primera mitad) se haga un poco tediosa, pero la narración remonta para un final tremendo.
LO VAS A LEER AUNQUE
de entrada, las setecientas y pico páginas te echen un poco para atrás. Es un libro largo, sí. Con algunos pasajes y episodios que tal vez alarguen demasiado la acción. Pero tiene unos personajes fantásticos (¡esas patatas bravas!) y una trama que, sin grandes sobresaltos, te obliga a pasar páginas sin parar.
LO VAS A LEER PORQUE DE ELLA HAN DICHOPorque si algo acumulamos las personas a lo largo de nuestra vida, son secretos. Secretos sobre lo que hicimos o sobre lo que nos hicieron, y esos secretos, muchas veces serán los que marquen nuestro carácter y nuestras decisiones sin saberlos. Porque si algo tienen los secretos, es que lo son para los demás, pero su custodio pocas veces consigue olvidarse de ellos. ENTREMONTONESDELIBROS
Lahoz demuestra que el realismo no está muerto. Que puede vivir con otras tendencias. Siempre que sea para contarnos lo que nos cuenta y como nos lo cuenta Lahoz. EL PAÍS
'Los buenos amigos', de Use Lahoz, publicado por Editorial Destino en octubre de 2016.
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Por cierto, ¿me echáis una mano? ¿Qué otros libros largos, larguísimos, se os han pasado en un suspiro?
jueves, 15 de diciembre de 2016
'BRAVURA' , EMMANUEL CARRÈRE
¡Hola, lectores!
Cuando hace unas semanas me decidí, después de años de lecturas, a compartir mis impresiones en un blog, me propuse que hablaría aquí de aquellos libros que me entusiasman, de esos que recomiendas a los amigos, de esas novelas que, cuando te preguntan, siempre dices: la tienes que leer.
Por eso bauticé a este blog Lo vas a leer. Como si fuera una invitación a lo gozoso de la lectura. Recomendaré lo que me gusta, me dije. Siempre en positivo, me propuse.
Y ahora mira.
Lo he pensado mejor. Creo que a veces no basta con decir aquello que te ha gustado, sino que muchas veces nos define también aquello que evitamos, que rechazamos. También somos lo que no somos. Y como lectores, también somos lo que no nos gusta.
Había cogido con ganas el libro de Emmanuel Carrère que acaba de rescatar Anagrama. 'Bravura' es un texto escrito en 1984 y que ahora, 32 años después, llega a las librerías. He gozado tanto con otros libros de Carrère (por supuesto 'El adversario', claro que 'De vidas ajenas', también 'El bigote' incluso pese a final, y esa delicia breve que es 'Una semana en la nieve'). He gozado tanto, decía con Carrère que la invitación a 'Bravura' era clara.
Y encima la solapa prometía grandes momentos, ¿verdad? Comenzaba la historia en esa noche de 1816, del año sin verano, en la que Lord Byron, Percy Shelley y su esposa Mary se juntaban en una mansión para, mientras al otro lado de la ventana amenazaba el frío, compartir libros y escritura. Allí estaba también Polidori, el cuarto en el encuentro y normalmente el que es olvidado en el recuento. Pensé que 'Bravura' sería la historia recuperada de Polidori. Su figura y su escritura. Quién fue y quién no pudo ser. Una especie de 'Limónov' de este personaje. Pero no.
Lo que se encuentra el lector, al menos durante los primeros pasajes, es un libro que parece un juego de espejos, en el que el narrador y el personaje se golpean contra paredes de cristal para verse reflejados. Pasas páginas sin saber muy bien quién es la voz que cuenta ni tampoco qué es lo que cuenta. Se sueña el protagonista en un espejo que repiten lo que hacen sus otros yo en otros universos. Y eso se repite hasta el infinito.
En la página 51, hay un momento en el que se consigna ese ejercicio que consiste en escribir lo primero que te asalte a la cabeza, a borbotones, lo que se te ocurra. Y esa sensación me queda después de asomarme a este libro. Que está escrito de ese modo. Imagino que existe detrás una estructura, una teoría filosófica que se quiere plasmar en la trama difusa del libro. Pero no he conseguido atraparla.
Y he abandonado la lectura antes de llegar a la página 100. ¿Es lícito escribir un texto sobre un libro que no has terminado de leer? Y mi respuesta es sí. Lo es porque así reconozco mis límites. Lo he intentado y no he podido. Este libro no era para mí. Me ha expulsado, a pesar de lo mucho que me gusta lo que Carrère escribiría después (y a pesar de que no suelo abandonar los libros porque siempre suelo encontrar algo que me fascina). ¿Recomendaré alguna vez 'Bravura'? Sí, sin duda. Pero lo haré en sentido negativo. Porque también hay recomendaciones a la contra. Si me preguntan si merece la pena diré que no. Si me dicen que lo intentaron y no pudieron les diré ya te advertí. Si alguna vez me cuentan que acabaron el libro y les encantó, estaré dispuesto a escucharles y que me cuentan por qué les gustó.
Creo que el autor se pasó aquí de rosca. Leer no siempre es fácil. Pero leer siempre tiene que ser un placer. Y cuando deja de serlo es mejor pasar a otra cosa.
'Bravura' me ha podido. Y no pasa nada, ¿no?
LO VAS A LEER (o al menos intentar) porque hasta ahora la firma de Emmanuel Carrère era para ti una garantía de buenos momentos de lectura. A mí esta vez no me ha convencido, pero seguro que hay lectores que están encantados de descubrir nuevas aristas de este autor.
LO VAS A LEER AUNQUE leas reseñas como esta. No es un libro que yo recomendaría. Pero lo bueno de los libros es que siempre hay lectores que les encuentran su encanto.
LO VAS A LEER PORQUE DE ESTE LIBRO HAN DICHOLe falta la capacidad de estructurarse de una forma un poco más clara, no dejarnos caer en un maremagnun de buenas ideas que no terminan de cuajar, no sé si por las formas o porque tal vez y pese a que haya llegado a nuestro país ahora, estamos ante una de las primeras novelas del autor. En todo caso, no me ha convencido en absoluto, lo cual no significa que no vaya a leer la siguiente. ENTREMONTONESDELIBROS
Se puede decir que ‘Bravura’ transcurre sin sorpresas, es decir, el autor no necesita de trucos malos para hacer entretenida la historia o para mantener la tensión. Los personajes se explican por sí solos, lo que ocurre se explica bien en el entorno de esos personajes y Carrère ha dotado a todo el texto del ambiente necesario, del paisaje creíble y a la vez chiflado que una novela como esta necesita. REVISTADON
Llevas 80 páginas con una sensación extraña. No entiendes dónde quiere llegar el autor ni el camino que ha elegido. Se te está haciendo cuesta arriba. Pero es Carrère y decides seguir. 20-30-40 páginas más. La misma sensación continúa. No ves una salida porque el libro sigue dando vueltas en círculo. No le encuentras sentido. UNLIBROALDIA
'Bravura' es un libro de Emmanuele Carrère escrito en 1984 y publicado por Anagrama en noviembre de 2016
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miércoles, 14 de diciembre de 2016
'TANTOS DÍAS FELICES', LAURIE COLWIN
¡Hola, lectores!
No sé si os ha pasado, pero hay ocasiones en las que lees un libro sin que te atraiga especialmente la trama. Vas pasando las páginas casi por inercia, empujado por una sucesión de escenas que no sabes muy bien hacia dónde te llevan. Avanzas sin saber si lo que estás leyendo te gusta o no, si te atrapa o no, si te emociona o no. Lees y lees, más casi por curiosidad, por saber hacia dónde te lleva todo esto que se pasea delante de tus ojos. Llegas al punto final. Sin saber muy bien cómo, pero has llegado. Y entonces, cierras el libro sin saber qué pensar. No estás seguro de si te ha gustado. O de si has perdido el tiempo leyéndolo. No lo tienes muy claro. Hasta que...
Hasta que pasado un tiempo, cuando lo recuerdas... Hay algo que sí.
Algo que sí.
'Tantos días felices' es una novela de Laurie Colwin que cuenta la historia de dos parejas. La de Guido y Holly. La de Vincent y Misty. Y, a su alrededor, un enjambre de personajes secundarios que componen un retablo sobre diferentes modos de enfrentarse al amor en el Nueva York de finales de los años 70 (o de todos los años 70, porque la acción del libro se prolonga durante casi un decenio). "Historias de amor urbanas", dice la faja del libro, fantásticamente editado, como siempre, por Libros del asteroide (con esas tapas tan finas que tanto gusta tocar mientras estás leyendo).
La narradora comienza con la presentación de Guido y Vincent. Dos primos. Y parece que la historia girará en torno a ellos. Pero uno descubre muy pronto que, en realidad, los dos grandes personajes de la novela son ellas. Misty, un erizo blandito por dentro que utiliza las púas como protección (así se define ella). Y Holly. Para mí Holly es lo mejor del libro. Una mujer que se casa con Guido pero que cada poco tiempo abandona el hogar para vivir por su cuenta porque de vez en cuando necesita marcharse, poner tierra de por medio, para confirmar que lo siente por Guido es amor, para asegurarse de que no hay caído en la rutina, para certificars que no erró al elegir compañero. Se va para echar de menos. Así concibe ella las relaciones de pareja.
Son ellas, a mi entender, los grandes personajes de una novela, aunque a uno le gustaría tener la virtud vital de Vincent, un optimista por naturaleza, capaz de ver la luz al final de un túnel lleno de tinieblas.
'Tantos días felices' es una sucesión de escenas sobre la vida en pareja. De parejas. Las cenas en casa de los amigos, las citas de un domingo por la tarde, las mariposas de las primeras citas y el terremoto nervioso del compromiso, de la boda, de los hijos. Y todo ello, con mucho diálogo.
-A veces tengo la impresión de que no entiendes lo distintos que somos-, dice uno de los páginas (no desvelaremos cuál) en la página 201.
-Me doy cuenta de ello todos los días, pero creo que el amor lo cura todo.
Y aquí, en este fragmentito, se encuentra el meollo de lo que nos quiere contar esta historia de historias. Que "el amor consiste en poner tu personalidad en el escaparate para ver qué acaba atrayendo" (Pág150) y que no conviene inventarse un personaje, que lo mejor es mostrarte tal cual eres porque seguramente haya alguien ahí (la media naranja, dicen) esperándote. Y si te muestras como quien no eres a lo mejor acabas atrayendo a quien no te conviene. Algo así.
No sé si os ha pasado, pero hay ocasiones en las que lees un libro y justo cuando lo terminas no sabes si te ha gustado o no. Pero entonces cierras las tapas, lo dejas en la estantería y, cuando vuelves a verlo, ahí, cerradito, sonríes. Y te das cuenta de que si seguiste leyéndolo, hasta el final, fue por algo.
LO VAS A LEER PORQUE tú también te vas a enamorar de unos personajes que camuflan sus inseguridades -y son muchas- con un carácter arisco (Misty) y esquivo (Holly). Hasta que al final se entregan a tantos días felices con sus parejas.
LO VAS A LEER AUNQUE, como hemos escrito, parezca que no te cuenta nada extraordinario y que los personajes no te son cercanos. Es cierto que en ocasiones la historia parece una sucesión de chascarrillos sin ligazón... pero, al final, el libro ha creado un ambiente en el que te has sentido atrapado. Y eso, en unos años 70 sin móviles, sin 'whatsapp', sin redes sociales...
LO VAS A LEER PORQUE DE ESTE LIBRO HAN DICHO
si viviéramos en un mundo dominado por la lógica y la fría racionalidad, ninguno de los personajes que habitan la novela de Laurie Colwin (Guido, Holly, Vincent y Misty) mantendría una relación duradera con su correspondiente pareja. No obstante, es precisamente en esa ausencia de cosas en común, en ese colosal choque de caracteres, en esa incomprensión y desconocimiento mutuos, donde reside el atípico encanto de una historia que bucea en grandes temas como el amor, la amistad, la familia o la búsqueda permanente de la felicidad, pero sin llegar a perderse en sus oscuras profundidades. GENERACION READER
No faltará quien ponga un pero: que aquí la única realidad que existe es el amor y sus derivados. Es cierto, pero eso es como decir que en Madame Bovary hay mucho adulterio: claro, trata de eso. Y es cierto también que no cuenta lo que sucede cuando el amor desaparece. Pero es que la novela trata del enamoramiento y de la felicidad que provoca a veces la amistad y el matrimonio, no de las desdichas que también traen consigo en ocasiones. Es una comedia. BABELIA
Es cierto que ni las situaciones que se narran son extraordinarias en modo alguno ni los protagonistas son seres que ostenten rasgos destacables que los eleven por encima de los demás; sin embargo, es probable que el adjetivo «delicioso» aparezca de forma recurrente mientras leemos. Y es que Tantos días felices es una de esas novelas luminosas, optimistas, que nos recuerdan que la vida tiene momentos alegres y que los pequeños detalles del día a día pueden hacer de nosotros mejores personas SOLODELIBROS
'Tantos días felices', de Laurie Colwin, publicado por Libros del asteroide en 2015
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Por cierto, me echáis una mano, ¿qué libro os ha dejado más huello después de terminarlo, aunque no terminara de convenceros mientras lo estábais leyendo?
jueves, 8 de diciembre de 2016
`MANERAS DE SER PERIODISTA', JULIO CAMBA
¡Hola, lectores!
Hay autores que tienen la fascinante facilidad de parecer tremendamente actuales aunque hace años que hayan puesto el punto final a sus escritos. Uno nunca sabe si esos textos, leídos en su tiempo y en su contexto, tendrían entonces el mismo impacto que ahora percibes tú, décadas (a veces, siglos) después. Porque a lo mejor el valor no está tanto en lo que escribió en su día (que también), sino en el significado que eso cobra tiempo más tarde. Tal vez ocurra porque hay autores con una enorme capacidad de análisis para radiografiar la actualidad y presagiar lo venidero. Tal vez tan solo sea que las cosas, en realidad, nunca cambian.
El caso es que uno lee los artículos que componen 'Maneras de ser periodista', un librito genial, corto y nutritivo, que hace tres años editó 'Libros del K. O.' y que acabo de terminar de leer. ¡Me ha encantado! Se trata de una recopilación de textos periodísticos en los que Julio Camba, referente del gremio, reflexiona sobre su oficio y profesión. Una colección de apenas cien páginas que aborda el periodismo desde diversos enfoques... y sorprende la enorme actualidad de algunos de esos textos, escritos algunos hace casi un siglo.
No había entonces Internet ni webs de noticias,pero Camba ya reflexionaba sobre las limitaciones del papel. No había twitter ni redes sociales, pero Camba ya se preguntaba por la enorme rapidez con la que caducan algunas noticias y cómo es necesario nuevo alpiste con forma de titular. La vida como un continuo F5.
En sus reflexiones, Camba se burla de la generosidad de las necrológicas (siempre se mueren los amigos de uno), del criterio de los titulares grandes (cuando lo que otorga de verdad calidad a un texto está en la letra pequeña), del amor propio de los periodistas o sus fuentes de inspiración.
Me ha gustado especialmente la segunda parte del libro, ese puñado de artículos agrupados bajo el epígrafe 'Sobre el proceso de escritura', que regala algunos párrafos para enmarcar, como los de 'Un sitio para escribir artículos'.
Es fantástico que haya editoriales que recuperen artículos que podrían haberse perdido en las oscuras hemerotecas de los periódicos y que así, reunidos, conforman una delicia que subrayan la importancia del autor (Camba es un grande del articulismo) y ayudan a reflexionar sobre un oficio que a veces se toma demasiado en serio y en ocasiones nos tomamos demasiado en broma.
LO VAS A LEER PORQUE sus textos son tremendamente actuales aunque se hayan escrito hace un siglo. Porque Julio Camba es ameno, divertido, con una socarronería enorme, un sarcasmo que va más allá de la ironía. Conviene leer este libro con un lápiz en la mano porque subrayarás muchas frases. Pero muchas.
LO VAS A LEER AUNQUE no seas periodista. Es verdad que los profesionales de este sector se relamerán de gusto con estos textos, pero el resto, como lectores o usuarios de los medios de comunicación también disfrutarán, seguro, con las reflexiones que propone el autor
LO VAS A LEER PORQUE DE ESTE LIBRO HAN DICHO
Los jóvenes periodistas admiran el humor de Camba, su devoción por las minucias y su falta de moralina. Pero no se rinden ante él: les incomoda profundamente su escepticismo. Prefieren el gesto romántico y tremebundo del pistoletazo de Larra a la imagen de Camba arrebujado en la cama del Hotel Palace. JOTDOWN
El periodismo por lo que parece ya estaba en crisis a principios de siglo XX y vivir de él era un sueño al alcance de pocos. Cien años con la misma fórmula y sigue sin desaparecer el oficio. Que tomen nota los agoreros. VAVEL
Julio Camba no creía en la inspiración, ni en las facultades de Periodismo, ni el poder evocador de la naturaleza. Sabía que la columna de periódico es la medida de todas las cosas, y que todo lo que sucede en el mundo es susceptible de «acabar reducido a una superficie literaria de 150 centímetros cuadrados». MALESTARENCULTURA
'Maneras de ser periodista', de Julio Camba, publicado por Libros del KO en septiembre de 2013
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Por cierto, ¿me echáis una mano? ¿Me recomendáis algún libro que sea una recopilación de textos periodísticos?
Hay autores que tienen la fascinante facilidad de parecer tremendamente actuales aunque hace años que hayan puesto el punto final a sus escritos. Uno nunca sabe si esos textos, leídos en su tiempo y en su contexto, tendrían entonces el mismo impacto que ahora percibes tú, décadas (a veces, siglos) después. Porque a lo mejor el valor no está tanto en lo que escribió en su día (que también), sino en el significado que eso cobra tiempo más tarde. Tal vez ocurra porque hay autores con una enorme capacidad de análisis para radiografiar la actualidad y presagiar lo venidero. Tal vez tan solo sea que las cosas, en realidad, nunca cambian.
El caso es que uno lee los artículos que componen 'Maneras de ser periodista', un librito genial, corto y nutritivo, que hace tres años editó 'Libros del K. O.' y que acabo de terminar de leer. ¡Me ha encantado! Se trata de una recopilación de textos periodísticos en los que Julio Camba, referente del gremio, reflexiona sobre su oficio y profesión. Una colección de apenas cien páginas que aborda el periodismo desde diversos enfoques... y sorprende la enorme actualidad de algunos de esos textos, escritos algunos hace casi un siglo.
No había entonces Internet ni webs de noticias,pero Camba ya reflexionaba sobre las limitaciones del papel. No había twitter ni redes sociales, pero Camba ya se preguntaba por la enorme rapidez con la que caducan algunas noticias y cómo es necesario nuevo alpiste con forma de titular. La vida como un continuo F5.
En sus reflexiones, Camba se burla de la generosidad de las necrológicas (siempre se mueren los amigos de uno), del criterio de los titulares grandes (cuando lo que otorga de verdad calidad a un texto está en la letra pequeña), del amor propio de los periodistas o sus fuentes de inspiración.
Me ha gustado especialmente la segunda parte del libro, ese puñado de artículos agrupados bajo el epígrafe 'Sobre el proceso de escritura', que regala algunos párrafos para enmarcar, como los de 'Un sitio para escribir artículos'.
Es fantástico que haya editoriales que recuperen artículos que podrían haberse perdido en las oscuras hemerotecas de los periódicos y que así, reunidos, conforman una delicia que subrayan la importancia del autor (Camba es un grande del articulismo) y ayudan a reflexionar sobre un oficio que a veces se toma demasiado en serio y en ocasiones nos tomamos demasiado en broma.
LO VAS A LEER PORQUE sus textos son tremendamente actuales aunque se hayan escrito hace un siglo. Porque Julio Camba es ameno, divertido, con una socarronería enorme, un sarcasmo que va más allá de la ironía. Conviene leer este libro con un lápiz en la mano porque subrayarás muchas frases. Pero muchas.
LO VAS A LEER AUNQUE no seas periodista. Es verdad que los profesionales de este sector se relamerán de gusto con estos textos, pero el resto, como lectores o usuarios de los medios de comunicación también disfrutarán, seguro, con las reflexiones que propone el autor
LO VAS A LEER PORQUE DE ESTE LIBRO HAN DICHO
Los jóvenes periodistas admiran el humor de Camba, su devoción por las minucias y su falta de moralina. Pero no se rinden ante él: les incomoda profundamente su escepticismo. Prefieren el gesto romántico y tremebundo del pistoletazo de Larra a la imagen de Camba arrebujado en la cama del Hotel Palace. JOTDOWN
El periodismo por lo que parece ya estaba en crisis a principios de siglo XX y vivir de él era un sueño al alcance de pocos. Cien años con la misma fórmula y sigue sin desaparecer el oficio. Que tomen nota los agoreros. VAVEL
Julio Camba no creía en la inspiración, ni en las facultades de Periodismo, ni el poder evocador de la naturaleza. Sabía que la columna de periódico es la medida de todas las cosas, y que todo lo que sucede en el mundo es susceptible de «acabar reducido a una superficie literaria de 150 centímetros cuadrados». MALESTARENCULTURA
'Maneras de ser periodista', de Julio Camba, publicado por Libros del KO en septiembre de 2013
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